sábado, 29 de octubre de 2011

10 razones para seguir una serie de TV. Parte 2.

En todas las series hay capítulos más lúcidos que otros y hay momentos, propios de cada proceso argumental, que suponen puntos de inflexión en nuestras vidas porque llevamos capítulos y capítulos esperándolos, Bruce Willis y Cybill Sheperd se lían en "Luz de Luna", el primer visionado del vídeo de la "Iniciativa Darma" en "LOST", el plantón a la Dra. Yang en "Anatomía de Grey" (AG), Clooney avanza bajo la lluvia en "ER", Leo McGarry dice aquello de "Let´s raise the level...!" (TT en Twitter en algún momento) en "El ala oeste...", Lester Freamon desmonta la trama de Avon en "The Wire" (TW)... Grandes escenas donde, aquí sí que sí, cuenta todo lo anterior y marca lo que está por venir. Con esto quiero decir que se necesita de una continuidad argumental para llevarnos a determinados lugares y que los niveles artísticos, estilísticos y narrativos de estas series es, actualmente, una de los grandes disfrutes de los que disponemos, muy por encima de la mayoría de las películas que hay en el cine actualmente. Al parecer, este gran cambio se lo debemos a "Los Soprano", un éxito de crítica y público que, además, ha sido la serie más rentable de la historia de la TV por cable.
Los diez elementos que considero importantes en una serie son (sin un orden concreto):
I. Los personajes evolucionan: Unos buenos "caracteres" no son planos. La horizontalidad, las fotos fijas no funcionan si la serie tiene vocación de contar algo. En "LOST" los personajes aparecen como compuestos de múltiples aspectos parciales, traídos a modo de flashbacks que emergen al hilo del argumento. En "Los Soprano" o en "Anatomía de Grey", por ejemplo, a pesar de lindar ésta última con un melodramático culebrón venezolano de hospitales, creo que logran mostrarnos personajes que evolucionan, que cambian, que son caleidoscópicos, contradictorios, que aprenden y que tropiezan una y otra vez en sus mismos errores (como todos los mortales). Además lo del culebrón, la competitividad salvaje en los quirófanos, el egocentrismo, la falta de empatía y el folleteo hospitalario parecen bastante ajustados a la realidad. La evolución de los personajes es un riesgo que los guionistas deben asumir y, a menudo, se cometen errores como el papel casi bufonesco al que se relega a Benjamin Linus en "LOST". De la misma manera, hay personajes como la Dra. Torres (AG), Freamon (TW), el propio Linus que pasan de un segundo plano a un papel estelar. En una buena serie hay una profundidad, una verticalidad no sólo en los personajes, sino también, y esto me lleva al siguiente punto, hay complejidad en las relaciones.
II. Las relaciones son complejas. Volviendo a "LOST" o AG o en TW. los personajes son puntos nodales que están en continua interacción unos con otros, complejizándose las relaciones, aliándose unos con otros, reproduciendo lo que ocurre en los grupos humanos. No sabes muy bien lo que piensan unos de otros y no sabes muy bien por dónde te van a salir. El tercer punto por tanto es...
III. Te sorprenden: Siempre te sorprenden, los giros argumentales, puestos muchas veces en lo que se narra y otras en los propios personajes, te dejan de una pieza con reacciones impensables, incorrectas, absurdas..., humanas al fin y al cabo y que, eso sí, dan mucho juego a los guionistas.
IV. Aprendes cosas: no es por infravalorar que McGyver nos enseñara a construir una bomba de hidrógeno con sus pedos y una lata de Pepsi, pero en muchas series aprendes de qué está hecha la realidad del trabajo policial, de la redacción de un periódico, de qué tipo de personas te puedes encontrar en la Casa Blanca o en las urgencias de un hospital de Chicago... Ya sé que son ficciones televisivas pero habitualmente hay un trasfondo realista que permite asomarse a los conflictos reales de los seres humanos con temas como el poder, el amor, las familias, y permiten ver los aspectos técnicos y humanos más interesantes de distintas profesiones. El liderazgo que se ve en el "Ala oeste..." y en "Anatomía de Grey" por ejemplo, o las lecciones de oratoria y persuasión también en "El ala oeste..." o el horroroso entramado burocrático de la justicia estadounidense o la minuciosidad del trabajo policial, el maquillaje de las estadísticas, los juegos de poder en "The Wire". El riesgo que muchas corren es dejarte  sin entender cosas bien por la complejidad de lo que cuentan o por la rapidez de la trama o por la enorme cantidad de datos que te vuelcan en el disco duro. Esto, a veces, es algo intencionado que van aclarando con la propia trama, primero te lían la cabeza y luego te van desliando, el problema es que te dejen liado una y otra vez a pesar de tus estrategias para no perderte. A veces no lo tienen claro ni ellos mismos y eso traspasa la pantalla para terminar frustando demasiado al telespectador.
V. Tramas trascendentes: la que trasciende trasciende y ya está, es por algo (Los Soprano, The Wire, 24, El ala oeste, A dos metros bajo tierra, Hermanos de sangre...). Grandes películas han trascendido en un formato de un par de horas a todo trapo. Una serie tiene varias temporadas y no pueden engañar a nadie, si no se sostiene y no se adapta, se cae. No hay trampa posible. Aunque haya un buen diálogo, éste sólo trasciende si está sostenido por buenos personajes y/o una trama interesante. En estas series hay diálogos que directamente relegan a una categoría de producto menor o B a más de la mitad de las producciones españolas para cine y TV. Y seguimos sin aprender. Yo salvaría "Turno de oficio", "Cuéntame" y "Aquí no hay quien viva". Entre lo demás hay esfuerzos reconocibles como "Farmacia de guardia" o "7 Vidas" pero francamente...
VI. Argumento: esta es una de las grandes pruebas que una serie tiene que pasar. Tiene que contar cosas en un argumento sostenido y armónico, de principio a fin, como una buena sinfonía. En esto se tambaleó "LOST" por razones conocidas por la mayoría y se cayó "Flash-Forward", no se sostenía el argumento y económicamente no era viable sacarlo a flote con los resultados que estaba teniendo. De nada nos sirve empezar con grandes fuegos artificiales si luego eso no se articula en una gran historia que contar. En esto creo que "The Wire" destaca sobre las demás y la hace irrepetible. No quiero desvelar nada pero cada temporada va acercándonos a distintas realidades interrelacionadas entre sí en ese tejido social y urbano al que llamamos "vida", integrando todo esto en un producto que sin explicitar demasiado te lo está contando todo.
VII. Buenos secundarios, poco a poco se hacen imprescindibles y con sus actuaciones te emocionas sin darte cuenta: Lester Freamon, la señorita Topisto, Benjamin Linus, John Noble (Fringe), Cedrick (TW), Leo McGarry en el "Ala oeste...."
VIII. Es un riesgo: aunque vengan con grandes padrinos, muchas veces suponene una apuesta económica o artística arriesgada, la BBC, HBO, la FOX, ABC... Son casas que invierten mucho dinero para poder crear lo que luego puede ser un fiasco enorme o una obra maestra. "Yo, Claudio", "LOST", la propia "The Wire" fueron dudosas o no tuvieron toda la aprobación desde un principio y muchas no han sido reconocidas con premios. A pesar de todo la calidad de la producción es innegable en cada una de ellas.
IX. En las series de género: de dibujos me quedo con dos: "Los Simpsons", of course, y la que para mí es la gran serie de nuestro tiempo "Padre de familia" (tiene momentos increíbles). Comedia: "Cheers", "Frazier", "Aquí no hay quien viva" y "Friends".
X. He descubierto estas series tarde pero creo que no es casual, creo que una buena serie permanece porque está dirigida a un público adulto, capaz de hacer varias lecturas de un mismo argumento. No creo en las series que idiotizan o enmascaran la realidad. En este último punto incluyo la serie que actualmente me tiene en vilo, "Juego de Tronos", nunca pensé que una serie fantástica pudiera atraerme, pero mira, te sorprenden.
Aún no me he disculpado y no pienso hacerlo. No he visto todas las series del mundo y, además, añadiría que he visto más bien pocas, pero me animo a opinar dejándome muchas series por el camino, pero, francamente, a quién le importa.
Lo dicho.

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