Pronto aprendí que para pisar fuerte tenía que pisar a otros, y que para sacar la cabeza tendría que arrastrar la de los demás hacia abajo. Pronto demostré que valía para sobresalir. El desuso y la humedad harian el resto, mi fuerza les debilitaría, acabarían con todo aquello que pensaron para neutralizarme y les vencería, sólo era cuestión de tiempo.
|
En la Ría de Bilbao |
mmmmhh... aplicable al óxido? aplicable a todo? esto lo pensaba Shakleton? tengo un poco de lío...
ResponderEliminar